Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

lunes, 11 de abril de 2011

¿Cuál va a ser su destino?


3 Juan 1:11 ".......Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios......." El antagonismo, entre lo bueno y lo malo, está separado por una línea muy fina y sutil en la que no es menester manejarse, debido a que corremos el riesgo de ser dubitativos, de doble ánimo e indecisos; con lo que caemos en la condena de Dios, quien nos dice:  ".......Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca......." Apocalipsis 3:15, 16 y también dice: ".......El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos......." Santiago 1:8 De modo que, podemos ver (hasta cierto punto), que es mucho mejor ser malo antes que ser: A veces bueno y a veces malo; pensando que de esa manera agradamos a los hombres y, peor aun, a Dios. Mucho mejor, desde luego, es ser bueno, con todas sus implicancias. Las implicancias de la bondad son tan profundas como las de la maldad y si por naturaleza concebimos que estas son más convenientes que aquellas; lo lógico es que las practiquemos con alegría, a sabiendas que su práctica nos ha de enaltecer, exaltar y pletorizar; no así las de la maldad que nos apoca, opaca y percuta el alma hasta el fin.


Hay quienes no se persuaden del mal sino hasta el fin, mucho menos se arrepienten por lo malo que hicieron sino que, antes bien, se limpian la boca como si nada hubiera pasado y siguen su derrotero tan orondos como el que más. Aunque nadie nos reprenda por lo malo que hicimos; debemos redargüirnos, a nosotros mismos, de aquello malo que hicimos; porque tarde o temprano nuestra maldad nos alcanzará y no habrá escapatoria aunque multipliquemos los ruegos. Cuando Absalón determinó  vengarse de su hermano Amnón, por haber este forzado a su hermana Tamar, nunca le mostró indicios de su aborrecimiento y si Amnón hubiese mostrado un ápice de arrepentimiento y congoja por su mal proceder, otra hubiera sido la historia. ".......Mas Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; aunque Absalón aborrecía a Amnón, porque había forzado a Tamar su hermana......." (2 Samuel 13:22) Dos años después de la deshonra que sufriera Tamar, fue vengado por su hermano Absalón y Amnón murió pensando que se había salido con la suya. Muchos son los que hoy caminan, con total desparpajo, teniendo llena su alma de malas acciones y sin persuadirse de su inminente destrucción y aunque no sea violenta su muerte, igual darán cuenta de sus disoluciones a Dios.


".......He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos......." (Jeremías 23:19) Una y otra y otra vez Jehová ha advertido a Israel y al mundo entero su determinación para con los malos y sus advertencias, para muchos, caen en saco roto; como si nunca las hubiera dicho, porque los malos siguen haciendo lo malo y cuando vemos que una desgracia le acontece a alguien, alrededor nuestro; la mayor de las veces, el deudor a Dios, se regodea y justifica a sí mismo "razonando y especulando" que aquel murió, de aquella manera, por su injusticia. Arrepentimiento, por sus propias malas obras, ni se asoman a su memoria, cuando en realidad debiéramos de llorar y suplicar para que nosotros no seamos los próximos. Hay numerosísimos ejemplos históricos, del juicio de Dios, hecho a hombres malos que fueron advertidos de la destrucción que sobre ellos iba a ser cernida, por causa de sus pecados y se cumplieron al pie de la letra. Esos ejemplos nos han llegado hasta nuestros días para advertirnos de la seriedad y la gravedad de Dios en todas y cada una de sus advertencias. El temor que los cristianos le tenemos a Dios es directamente proporcional al gozo que sentimos de saber que estamos en su gracia.


Una de las prácticas más difundidas del mal, desde tiempos remotos hasta hoy, es la de las adivinanzas, los horóscopos, los agüeros, los encantos; cosas que Dios ya las ha condenado pero que, sin embargo, se practican de manera general en casi todos los medios de comunicación. Hay quienes no comienzan su día si no conocen, de alguna manera, cuál va a ser su destino, según su horóscopo. Hay quienes hacen "amarres" para atrapar a la persona objeto de su "amor". Otros invocan a los espíritus para consultarles acerca de "tesoros ocultos". Otros se hacen baños para la buena suerte en el juego, las finanzas y en el amor y así hay todo tipo de "santones", brujos, adivinos y agoreros que realizan diversidad de "trabajos" haciendo uso de sus artes mágicas asistidos, por supuesto, por el mismísimo satanás. Todas estas cosas provocan a Dios a ira. ¿No lo podemos leer en  2 Reyes 21:6? ".......Y pasó a su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para provocarlo a ira......." En este pasaje se habla del rey de Israel, Manasés; quien indujo al pueblo a hacer lo malo ante los ojos de Jehová y Jehová dicto sentencia en contra de Jerusalén y la cumplió.


".......Fuera de esto, derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a Jerusalén de extremo a extremo; además de su pecado con que hizo pecar a Judá, para que hiciese lo malo ante los ojos de Jehová......." (2 Reyes 21:16) Los dirigentes actuales de Israel se comportan mal, de la misma manera en que se comportaron muchísimos reyes en Israel y Judá de los tiempos bíblicos. ¿Qué les hace pensar, entonces, que Dios no va a actuar de la misma manera en la que ya ha actuado por causa de la rebelión de Israel en contra de su voluntad? Porque Israel, al igual que en los tiempos bíblicos, sigue derramando sangre inocente por todo "su territorio", desde el año 1948 y no hay quien lo pare. ¿Se saldrán con la suya? Ciertamente que no. Pagarán muy caro la osadía de holocaustar al pueblo de Palestina, aunque ahora parezca que estuviesen actuando con total impunidad. El llanto de los sufridos que generan año tras año lo está sintiendo, en toda su dimensión, nuestro Señor en los cielos; porque, no solo los palestinos sufren las consecuencias de las tropelías de los judíos sino que, virtualmente, todos los pobres del mundo, porque se han hecho pobres por la ambición descomunal de hacerse los dueños del mundo robando el salario de los desposeídos.......