Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

martes, 16 de agosto de 2011

Los sacerdotes católicos y los misterios de Dios.

Los misterios de Dios no se conocen, solamente, siendo sacerdote (Católico), aunque no hay garantía que esto suceda entre todos los sacerdotes, sino que, sin serlo, bien podríamos conocer los misterios de Dios. Lo que trato de decir es que no existen oficios eclesiásticos que nos garanticen que vamos a conocer los misterios de Dios. La única garantía, para comenzar, es la de tener un corazón contrito delante de Dios. Salmos 51:17 ".......Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios......." Esto quiere decir que, lo primero que tenemos que hacer para conocer los misterios de Dios, es arrepentirnos de todos los pecados que hayamos cometido hasta hoy y debemos tomar la resolución de no volver a cometerlos jamás. Esto nos dará una viva predisposición para caminar al lado de Dios y Él, conforme sienta nuestra sinceridad y nuestro deseo de hacer solamente el bien, empezará a abrirnos su corazón para entregarnos todos los misterios que podamos recibir. Después de estar a cuentas con Dios es importante escudriñar las escrituras para conocer más a Dios: Juan 5:39 ".......Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí......." Lucas 8:10 ".......Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan......." Tenemos una carrera por delante que bien vale la pena el correrla.


De vital importancia, para comprender a Dios y sentir su plenitud en nosotros, es que habite Cristo en nosotros, porque haciéndolo seremos como Él y tendremos la plena comunión con Dios y de ese modo comprenderemos todos sus misterios. No depende, entonces, de la investidura que los humanos nos puedan dar, sino de la que Dios nos da. En el Antiguo Pacto, los hombres accedían a Dios por medio de los sacerdotes y el sumo sacerdote era el único que entraba al lugar santísimo del templo, una vez al año, con la sangre de los corderos para expiar los pecados del pueblo de Dios, que antes fue. Pero Dios, por la hipocresía del pueblo judío, se hartó de las "ofrendas" y "sacrificios" que ofrecían los judíos para expiar sus pecados. Lo dice Isaías 1:13-15: ".......No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos......." Por esta razón Dios envió a su hijo Jesucristo para que sea nuestro sumo sacerdote para que, por medio de Él, podamos todos entrar a la presencia de Dios. Esta es la manera en que nos constituimos en sacerdotes en la presencia de Dios y somos reyes porque gobernamos nuestras vidas y gobernaremos este mundo, según la promesa en Apocalipsis 1:6: "....... y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén......." y Apocalipsis 5:10 ".......y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra......."


Lamentablemente, la Iglesia Católica ha tratado de interpretar la forma de comunicarse con Dios, como fue interpretado el sacerdocio Levítico en el Antiguo Pacto. Es por ello que instituye, sin respaldo bíblico, el sacerdocio y, con esto, excluye a todos los seres humanos como seres que puedan comunicarse libremente con Dios y claro, hace tabla rasa con lo que dicen las Escrituras al respecto y de otros temas delicados en el ejercicio de las funciones de sus "sacerdotes". Santiago 5:16 dice: ".......Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho......." Ellos dicen que debemos confesarnos con el sacerdote exclusivamente. Mateo 23:9 dice: ".......Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos......." La Iglesia Católica hace decirle "padre" a los sacerdotes. Marcos 9:42 dice: ".......Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar......." Los sacerdotes católicos, durante cientos de años, han hecho tropezar, sexualmente, a muchos niños en todo el mundo y lo peor de todo es que sale a flote el contubernio, universal, con  los poderes judiciales y ejecutivos de los gobiernos del mundo porque, virtualmente, no hay sacerdotes encarcelados por pederastas consumados, no, no los hay. Solo recuerdo a uno en Bolivia. Quizá haya otros, no me he profundizado en el tema. Los demás son "sancionados" cambiándoles su "servicio" a otros lugares diferentes de donde cometieron sus atrocidades y fechorías. Que el Señor los reprenda por su maldad.


1 Timoteo 4:2-4 ".......por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias......." Los sacerdotes católicos no comprenden los misterios de Dios porque, si los comprendieran, nunca hubieran prohibido el matrimonio de los que quieren servir, en su religión, como sacerdotes y tampoco hubieran prohibido comer carnes rojas, en los tiempos de "semana santa". Existen innumerables acápites en los que la Iglesia Católica yerra y no es menester el enumerarlos ahora porque solo estoy tratando la inconveniencia de ser sacerdote católico, específicamente, para conocer los misterios de Dios. No es posible que un grupúsculo, como los sacerdotes católicos, se arroguen para sí la potestad de ser los únicos que puedan recibir la revelación de los misterios de Dios. Ya todo ha sido revelado por Dios, pero para acceder a esa revelación, hay que alinearse con su voluntad, la cual se expresa en Cristo Jesús. Se nota, a leguas, que ellos no están, precisamente, alineados con la teología de Cristo y esto por todos los desatinos, en los que han incurrido, desde el año 600 en que nombraron a su primer Papa, Benedicto I.


Los misterios del reino de Dios están a la vista del que los quieran escudriñar, con el alma pura de alguien que se ha arrepentido de sus pecados y que vive en comunión con Dios y su hijo Jesucristo. Mateo 13:11 ".......El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado......." Marcos 4:11 ".......Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas......." Lucas 8:10 ".......Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan......." Muchos, de los que oían a Cristo, eran judíos dedicados a la Ley mosaica; escribas, saduceos y fariseos, y a pesar de la familiaridad que tenían con la Ley, no podían entender las profundidades del Espíritu que Jesús esgrimía. Tenían conocimiento, pero no sabiduría y no podían entender las profundidades de Dios que Cristo les traía; más bien, los de simple corazón, eran los que realmente le entendían y se beneficiaban y se benefician y nos beneficiamos hasta hoy. Tener dominio propio, contra los apetitos de la carne, es reinar sobre nuestro cuerpo y espíritu. Pedirle a Dios en oración, escuchar su consejo cumpliéndolo y ministrar a los demás la voluntad de Dios, nos constituye en sacerdotes. Los quiero mucho.......

lunes, 8 de agosto de 2011

¿Por qué algunos cristianos consideran que, lo que no es cristiano es satánico o diabólico?

Sería preferible que todos los cristianos lo consideren así porque, de esa manera, estarían siempre atentos a las estrategias que debieran usar en cada circunstancia de confrontación. No podemos ni debemos olvidar que nos encontramos en una guerra espiritual entre el bien y el mal, y que el campo de batalla es nuestro corazón, de modo que si establecemos, en cada momento, el carácter de las circunstancias que nos rodean, no permitiremos que seamos sorprendidos por los ardides del enemigo y nos premuniremos de las defensas necesarias para no ser invadidos y, si es necesario, contraatacaremos entablando combate. Claro que siempre será más sabio que no exterioricemos nuestras animadversaciones por lo profano porque, lo que realmente queremos de sus practicantes, es que conozcan la verdad de Dios, puesto que también nosotros, alguna vez, militamos en sus filas. Otra de las consideraciones que debemos tener, con respecto a lo satánico y diabólico, es que quienes se encuentran inmersos en sus prácticas, no siempre tienen absoluta conciencia de ello, en otras palabras, la mayor de las veces están siendo engañados puesto que el maligno es el padre de la mentira y, lógicamente, muchos son los engañados. ".......Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira......." (Juan 8:44).


Pensando en los momentos en los que fuimos paganos, muchos de nosotros pudimos haber tenido momentos de desasosiego, cuando alguien del cristianismo pudo juzgar nuestros actos calificándolos como diabólicos o satánicos. Debo admitir que no es la mejor manera de expresarse delante de los demás porque ese tipo de actitud nos pone en desventaja delante del enemigo, que es el maligno y, entonces, el poseso se pone en alerta y no permite la interlocución. El otro asunto es que, dicha actitud agresiva, contraviene las recomendaciones del Espíritu Santo quien nos pide que actuemos con mansedumbre y reverencia como lo dice Pedrito en 1 Pedro 3:15: ".......sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros......." Sin estas dos cualidades, nuestra defensa del evangelio es infructuosa y bien puede derivar en una contienda violenta en la que todos salimos perdiendo. Sin embargo, debemos expresar que existen otras instancias en las que la necesidad de la confrontación se hace perentoria porque la influencia de la perversidad del emisor, es irradiada hacia otras personas inocentes y/o débiles que necesitan ser protegidas, ya que de lo contrario pueden ser perjudicadas. ".......Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence......." (2 Tesalonicenses 3:14).


El otro asunto que debemos contemplar es aquel en el cual se clasifican nuestras acciones; porque, según podemos ver, no existen medias tintas en la tipificación de nuestras acciones y aunque algunos se complacen en buscar y en encontrar el "equilibrio" entre lo bueno y lo malo, no por esto son aceptados por Dios, más bien son execrados o, en todo caso, lo serán en un futuro no muy lejano, ya que Dios ha manifestado claramente que no se complace en alguien actúe entre lo frío y lo caliente: ¿no lo expresa así Apocalipsis 3:16?: ".......Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca......." Debemos vivir nuestra integridad con pasión y no permitir ni un ápice de licencia para hacer lo malo, hasta que se constituya en nosotros todo el Espíritu de Dios para hacer, única y exclusivamente, solo cosas buenas. El ideal del cristiano es ser como Cristo, no faltaba más, y en el alcance de ese ideal quemamos etapas en las que nuestra conformidad no se adecua a las de Dios. Necesitamos de mucha paciencia, meditación, análisis y observación. Es una carrera que tenemos por delante y en la cual nos despojamos, poco a poco, de todas aquellas cosas que obstaculizan nuestro desarrollo espiritual, como lo dice Pablito en Hebreos 12:1: ".......Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante......." La consideración principal, en este pasaje, es por la que tenemos una ".......gran nube de testigos......." y no podemos dar un testimonio de mediocridad delante de ellos, la terrible consecuencia es que se alejen de Cristo por culpa de nosotros.


Tampoco se puede juzgar a los cristianos por asuntos de carácter aislado y si todos los cristianos no alcanzan la talla que esperan alcanzar, la de Cristo, no podemos culparlos por ser menos. Si Cristo fue confrontacional con los pecadores y misericordioso con los arrepentidos, somos nosotros quienes debemos cubrir esos extremos, en donde se manifestará nuestro coraje y nuestra valentía, así como nuestro amor y benevolencia. Hay todo un espectro de diferentes vías que deben ser cubiertas por nosotros, en Cristo; no solo las del amor y el coraje, sino también las de la esperanza, la paciencia, la sabiduría, la inteligencia, el poder, la alegría, la humildad, el compromiso, la compasión, etc., etc., etc. Tan bastas son las cualidades de nuestro Cristo que pueden tenernos a la expectativa hasta el día de nuestra muerte. Hemos de reiterar que no hay medias tintas en el comportamiento de los hombres. Que hayamos sido dubitativos, alguna vez, es de lamentarse; pero no es el sino del cristiano; nuestro camino, siempre, es de menos a más como lo dice Pablito en 2 Corintios 3:18: ".......Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.......". No miramos para atrás, miramos para adelante: ".......
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús......." Filipenses 3:14.

Finalmente, si no hay reflexión acerca del lugar en el que nos encontramos delante de Dios, nos hayamos en desventaja, en comparación con los que sí reflexionan. Claro que la reflexión, en sí misma, no es ninguna garantía de resolución y eso va en desmedro, no solamente del tiempo que usamos para hacerla sino en la consecución de mejores propósitos que los que se han actuando. Es imperativo tomar resoluciones a favor de solucionar los intríngulis de nuestra conducta y es mejor que lleguemos a ellas como fruto de nuestras elucubraciones, antes que alguien nos increpe como satánico o diabólico, sea o no cristiano quien lo haga. Salmos 1:1-3: ".......Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará......." También hay quienes meditan la maldad para luego ejecutarla: Salmos 36:3-5 ".......Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;   Medita maldad sobre su cama; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. Está en camino no bueno, El mal no aborrece. Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes......." Los quiero mucho.......




martes, 2 de agosto de 2011

La idea de la reencarnación.

Muchas tienen que haber sido las razones para estructurar una teoría tan díscola como la de la reencarnación, una de ellas y la más importante es la ignorancia de lo que Dios dice a través de las Escrituras, básicamente, de lo que es, en sí misma, la vida. Hasta este momento y durante toda la historia de la humanidad, no existe una confirmación fehaciente de que haya sucedido, alguna vez, una real reencarnación. Las "historias" urdidas por los interesados en probar esta teoría, se han dado con un palmo de narices con la realidad científica y claro, con la contundencia teológica también. Al remitirnos a Hebreos 9:27 leemos: ".......Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio......."; nos damos cuenta que solo se puede morir una vez porque después de la muerte solo queda el juicio. Esto debiera ser suficiente para los que tratan de investigar acerca de la "realidad" de la reencarnación, pero no lo consideran suficiente y ciertamente que ni toda la Biblia, con sus alusiones al respecto, los puede convencer de la falacia de su posición, en otras palabras, se han obstinado. En esto se parecen a los judíos cuando eran el "pueblo de Dios" y de quienes se dice: ".......Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino......." (Jueces 2:19).


Job también tenía claro que después de la muerte no había vuelta atrás, porque declara confiado: 

".......Antes que vaya para no volver, A la tierra de tinieblas y de sombra de muerte......." (Job 10:21). Pensar en la posibilidad de una reencarnación nos da licencia para cometer toda clase de exabruptos en esta vida, porque podemos considerar que en la siguiente vida pagaremos lo que en esta estamos haciendo y claro, los pecadores se regodearían y se regodean con esta posibilidad puesto que no les importa ser una cucaracha en la siguiente vida, si en esta se la pueden pasar como verdaderos energúmenos. A todas luces, esta es una de las tantas mentiras de satanás, quien tiene sumido en la ignorancia a pueblos enteros que se privan de numerosas cualidades que el Espíritu Santo tiene preparadas para quienes nos rendimos a la verdad de Dios. De entre ellas, de las más destacadas, la misericordia. Los que creen en la reencarnación se privan de ser misericordiosos por causa de creer que, los que sufren, bien merecido se tienen el sufrimiento porque fueron malos en su anterior vida. Qué chistosos, encima dicen que los que se la pasan holgadamente en esta vida, con dinero y posesiones, es porque en la otra vida fueron muy buenos. Qué tontería más grande. Por amor a Dios y en el nombre de Cristo, dejen de creer en estas cosas que lo único que les proporciona es desgracia continuada porque, quien no está bajo la gracia de Dios, simplemente es un desgraciado.



Pablito decía, en referencia a la vida y la muerte: ".......Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros......." (Filipenses 1:23-24). En ninguno de los pasajes bíblicos, referentes a la vida y la muerte, podemos ver un solo atisbo de reencarnación, muy por el contrario, lo que vemos es una vida eterna después de esta vida. No podríamos pensar, ni por asomo, que Pablito, después de estar con Cristo, reencarnaría en Obama o en Benedicto XVI; no hay razón para pensar tal cosa y aunque hay quienes expondrían sus razones y motivos para que así fuera, lo único que están logrando es oponerse, tenazmente, a Dios y sus designios. Hay una inveterada costumbre, de los irreverentes, de tratar de enmendarle la plana a Dios y siempre están opinando acerca de lo debiera ser sin conformarse a lo que es. No trato de frustrar ideales, no; lo que trato es de persuadir que es muchísimo mejor estar de acuerdo con los designios de Dios, antes de estar buscando, innecesariamente, ideas y teorías que no tienen visos de lógica ni de razón y que nos desvían de lo principal en lo que debemos pensar. Quienes piensan este tipo de cosas, se envanecen en sus razonamientos y estos los llevan a la perdición: ".......Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido......." (Romanos 1:21).


Queridos amigos, no hay reencarnación; después de esta vida tendremos un juicio en donde seremos juzgados por lo que hicimos y por lo que no hicimos. Si hicimos cosas buenas, seremos recompensados; si hicimos cosas malas, seremos retribuidos. Si no hicimos cosas buenas, seremos condenados, si no hicimos cosas malas, seremos recompensados. ".......y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado......." (Santiago 4:17). Qué más vueltas tenemos que hacerle al asunto, por donde se le mire, la reencarnación es una falacia, una mentira, un bodrio. Naturalmente que, como cristianos, por amor a Dios y en el nombre de Cristo, no nos cansaremos de redargüir, una y otra vez, hasta que podamos contribuir a la conversión de quien quiera escuchar a Dios por nosotros. Danielito dijo en 12:2: ".......Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.......” Después de muertos nos despertaremos para una de estas dos cosas; fíjense que Danielito no dice nada de despertarnos a una nueva vida de reencarnación, no; dice para la vida eterna; estamos predestinados para vivir una vida eterna y solamente hay dos lugares a donde podemos ir: Una vida eterna en la gloria de Dios o una vida eterna de vergüenza y horror. Nosotros somos los que escogemos ese lugar con la actitud que tenemos en esta vida, no hay otra.

Dijo una mujer astuta de Tecoa, a instancias de Joab, capitán de la guardia en tiempos de David: 

".......Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado......."

(2 Samuel 14:14). De esta mujer no se dice absolutamente nada acerca de su filiación religiosa, aunque se presupone que era judía; sin embargo, dice algo que es descontado su conocimiento por el común de la gente y ni David ni Joab ni nadie le increpan la veracidad de sus palabras, simple y llanamente son aceptadas como sabias. Hay muchísimos otros pasajes bíblicos que pudiéramos traer a colación para refutar la falsedad de la reencarnación de los seres humanos. También hay miles de maneras de echar abajo esta teoría; sin embargo, no es nuestra pretensión ridiculizar, individualmente, a quienes creen en la reencarnación; lo que tratamos de hacer es persuadir la existencia de una mejor manera de pensar para beneficio de quienes se acogen a esta corriente del amor y la sabiduría de Dios. Recrearse en sus estatutos y respirar de su sabiduría nos hace partícipes de su naturaleza divina y en esta instancia el hombre llega a tener un nuevo nacimiento, no una reencarnación sino un nuevo nacimiento porque, cuando hacemos morir al hombre de pecado en nosotros, cuando lo sepultamos bajo el agua bautismal y cuando nos reincorporamos nuevamente, lo hacemos a una nueva vida y el Espíritu de Dios entra en nosotros hasta la hora de nuestra muerte. Los quiero mucho.......




lunes, 1 de agosto de 2011

Matrimonio y parafernalia.

Es necesario hacer una dicotomía que establezca la diferencia de significados concernientes a lo que es el matrimonio, en sí mismo y lo que es la parafernalia correspondiente al mismo. Creo que no hay mejor definición del matrimonio que la que hace nuestro señor Jesucristo cuando parafrasea Génesis 2:24 en Mateo 19:5 diciendo: ".......y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?......." Dejar al padre y a la madre no es un ejercicio aislado en donde los padres, de pronto, ven que su hijo ya no se encuentra en casa más porque se fue con una mujer, aunque en extremo lo es. Aquí se nos habla de la generalidad de la acción y es, en este punto, donde la parafernalia asume su rol, según la cultura que la instituyó. Quienes obvian toda clase de parafernalia, por diferentes motivos, no pueden sustraerse de la consideración que Dios tiene acerca del asunto y es que, quien se une, en el coito, con otra persona del sexo opuesto, se hace una sola carne con aquella y, por lo tanto, se sujeta a la condición de Dios que, a reglón seguido y en boca de Cristo nos dice también: ".......Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre......." (Mateo 19:6). La visión de Dios es que, la mujer y el hombre, que se unen sexualmente, conforman una sola carne y que Dios, quiérase o no, propició esta unión.


Siendo esta le condición de Dios y entendiendo el hombre la seriedad de este principio, es que arma, a través del tiempo y según su cultura, toda la parafernalia alrededor del matrimonio, que conocemos hasta nuestros días. El hombre, social y antropológicamente, ha comprendido profundamente el significado de tan grande acontecimiento y mira en ello la continuidad y la perpetuación de la especie y, francamente, celebra que así sea; es por eso el esmero que vemos, en la constitución de la parafernalia, por las diferentes culturas. Unos hacen fiesta por varios días, todos se atavían con sus más regios vestidos, otros lo celebran con música y danzas, casi todos intercambian regalos, en fin; realmente sería largo, muy largo tener que describir las increíbles parafernalias que todas las culturas han tejido, a través del tiempo, alrededor del matrimonio. El mayor problema que ha surgido y que ha acompañado a las parafernalias, tanto culturales como cívicas, es la de creer que, primero, la ceremonia cívica del matrimonio, es la que determina la validez del mismo. La otra consideración errónea es, también, la de creer que, la ceremonia religiosa del matrimonio, es la que determina su validez. Ni los poderes cívicos de las naciones ni las ceremonias religiosas de todas las iglesias pueden declarar, a los contrayentes, marido y mujer. Lo más que pueden hacer estas parafernalias es celebrar que Dios los ha unido y reconocer que así es.


Si no hay consumación carnal de los contrayentes, no hay matrimonio. Los contrayentes podrán haberse jurado amor eterno delante del juez civil y de los oficiantes religiosos también, pero si no han sido una sola carne, delante de Dios no tienen ningún tipo de vínculo, aunque hayan celebrado siete días de fiesta matrimonial. Todas las situaciones que se puedan presentar, deben ser analizadas bajo el contexto de lo que Dios dice respecto al matrimonio y no de lo que a nosotros se nos antoja dilucidar. Para comenzar, hemos de condenar lo que Dios condena. Hay quienes piensan que podemos acostarnos con cualquiera y ".......no pasa nada......." Piensan que fornicar es como comerse un bocado de pan y que no tendrá consecuencia ese tipo de acciones y que solo tenemos que "limpiarnos la boca". Yo quisiera recomendar, a quienes no han tenido relaciones sexuales, que cuando sientan aquel deseo ardiente de fornicar, que piensen seriamente en casarse y que empiecen a buscar la pareja con quien quisieran pasar el resto de sus vidas. Tengan por seguro que Dios estará con Uds. hasta que cumplan dicho propósito, independientemente de los años que tengan porque, como dice Dios: ".......pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando......." (1 Corintios 7:9). Lógicamente que, si tienen el don de continencia, no tienen por qué casarse aun. Cuando tengan una pareja para casarse, comuníquenlo a sus padres, familiares y amigos, para compartir la alegría.


Lo ideal sería que siempre, los padres, estén de acuerdo con nuestros deseos. Cuando es así, aunque no haya dinero, si estamos sujetos a Dios, serán momentos inolvidables de felicidad compartida; porque los padres nos alegramos que nuestros hijos se unan en matrimonio como Dios lo estipula y los hijos quisiéramos siempre honrar a nuestros padres en todo, sobre todo en estos asuntos de unión matrimonial. Muy diferente es cuando los jóvenes toman la determinación de ser una sola carne y no comparten con nadie la dicha "alegría" sino cuando es demasiado tarde. Ya no existe la misma alegría cuando "celebramos" un matrimonio que fue consumado, mucho antes, que cuando lo hacemos después de comunicar a todos que nos vamos a unir en matrimonio. Nunca me olvidaré de un joven que conocí en la ciudad de Maracaibo, Venezuela; este joven me contó que nunca había tenido relaciones sexuales hasta el día de su matrimonio y que su novia fue virgen hasta ese día. Su narración era la de alguien que evocaba un acontecimiento de su vida que lo marcó para siempre con el sino de la felicidad y la alegría de vivir, un cristiano a todas luces. También me dijo que su hijo nació, exactamente, nueve meses después de su matrimonio. Hasta hoy estoy alegre con él, aunque no lo he vuelto a mirar más desde ese momento, hace más de veinticinco años. Cuando dos personas solteras se atraen sexualmente, lo primero que deben hacer es pensar en el matrimonio, aunque no se conozcan. Cuando lo hacen y se recrean en ese pensamiento, la mayor de las veces, mientras se conocen, los deseos se diluyen. Cuando los mismos persisten, es importante pensar en casarse para no quemarse.


Es muy bonito evocar los acontecimientos previos al matrimonio, sobre todo, los de la parafernalia. Muy diferente es la de los que no tienen nada que decir alrededor de esto porque hicieron las cosas desordenadamente; sin embargo, nunca es tarde para resarcirse de todo lo malo que hicieron, arrepintiéndose, pidiendo perdón a Dios y no volviendo a pecar. La vida de santidad es excelente por antonomasia y es la que todos los cristianos deseamos, a todos quienes no la tienen. La misericordia de Dios sigue extendiéndose e inundando todos los rincones de la existencia y no hay nadie que pueda sustraerse de la grandeza de su acción. Los pecados de los hombres se hacen más y más evidentes para que, teniendo vergüenza de haberlos cometido, tornen su mirada a Dios. Hay otros que son desvergonzados y no les interesa, absolutamente nada, que sus pecados sean revelados; es más, parece que se pavonearan con orgullo por estarlos cometiendo. Cuando Dios ha juntado a un hombre con una mujer, ha ejercido su voluntad y si nosotros o cualquiera trata de separar aquello que Dios ha juntado, tendrá que atenerse a las consecuencias. Ni Dios ni nosotros deseamos nada malo para la gente pero la gente no puede burlarse de Dios tratando de ridiculizarlo como si este no existiera; nadie puede ni debe burlarse de Dios y salir ileso de su atrevimiento: ".......!!Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!......." (Hebreos 10:31). Los quiero mucho.......