Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

domingo, 7 de noviembre de 2010

“…….murió lleno de días…….”


Joiada fue sumo sacerdote de Joás, rey de Judá y de quien se dice que vivió ciento treinta años (“…….Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días; de ciento treinta años era cuando murió…….” 2 Crónicas 24:15) y de quien también se dice que: “…….había hecho bien con Israel, y para con Dios, y con su casa…….” 2 Crónicas 24:16b. Estas referencias y algunas otras, acerca de un personaje que vivió hace cerca de tres mil años, me llaman mucho la atención. En principio me llama la atención que este hombre haya vivido la friolera de ciento treinta años; más del doble de los que tengo y con la muerte en ciernes sobre mí. Creo que, sin miedo a equivocarme, Joiada no se propuso, ni por asomo, dejar un legado a la posteridad.
Joiada, vivió en consecuencia de lo que creyó acerca de Dios y fue fiel a su cometido. No pretendo simplificar lo que significa estar en gracia de Dios pero sí interiorizarme en las palabras de Cristo cuando dijo: “…….porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga…….” para luego permitir que lo crucificaran. La contraposición de lo que dijo tiene que ver, evidentemente, con el significado y las consecuencias que acarrean el vivir una vida de pecado y disolución. Lo lógico y real es que, quien vive de mala manera acarrea para sí un yugo difícil y una carga pesada. El engaño del diablo es el hacernos creer que, vivir una vida de disolución y pecado es mucho mejor y más fácil que vivir una vida de santidad y amor; craso error.
Para vivir una vida de santidad y amor es necesario premunirse de los bienes más preciados del mundo, la historia y la humanidad; bienes que no se encuentran en los dispensarios de ningún almacén del mundo ni se pueden adquirir con toda la riqueza del Universo. Nos referimos a la sabiduría y a la inteligencia. De ellas dice Job: “…….No se hará mención de coral ni de perlas; La sabiduría es mejor que las piedras preciosas…….” Job 28:18. “…….Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia…….” Job 28:28. Suena tan sencillo pero es inalcanzable para el insensato: “…….Alta está para el insensato la sabiduría; En la puerta no abrirá él su boca…….” Proverbios 24:7. De modo que, adquirir estos bienes, nos asegurarán un futuro de dicha eterna.
Hace muchos años me dijo mi hermano Alirio Ortega (estoy parafraseando): “…….Dios no puede hacer más de lo que ya hizo mandándonos a su Hijo para morir por nosotros…….” Esto es muy cierto, Dios hizo lo máximo que se puede hacer para persuadir a los hombres de su mal camino y llevarlos a la gloria. Si el hombre, después los reiterados llamados de Dios para su corrección, no atina a obedecer ni corregirse, no hay otro modo de persuadirlo más amigablemente que convencerlo de seguir a su Hijo Jesucristo. Dios ha previsto, también, la disciplina para corregir al hombre de pecado y cuando esta es ejercida Dios también se lamenta con nosotros de su existencia porque, debiendo nosotros habernos corregidos con sus buenas maneras, a veces lo hacemos a regañadientes después de haber padecido.