Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Las divisiones y los sensuales

En las Iglesias de Cristo no estamos exentos de las divisiones ni de quienes las provocan, es decir, de los sensuales. Debemos aclarar que, la sensualidad, no se refiere exclusivamente al sexo, como algunos lo conciben, por costumbre. La Real Academia Española tiene tres acepciones de la palabra sensual, a saber:      
1. adj. Perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos. 2. adj. Se dice de los gustos y deleites de los sentidos, de las cosas que los incitan o satisfacen y de las personas aficionadas a ellos. 3. adj. Perteneciente o relativo al deseo sexual.
Nosotros nos centraremos en la segunda acepción para efectos de interpretar Judas 1:17-23 y especialmente el versículo 19 que a la letra dice: “.......Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.......” Eventualmente, las otras dos acepciones, también pueden ser motivo de división en la Iglesia.
¿Qué hacer con los sensuales que causan divisiones dentro de las Iglesias de Cristo? Parece ser que, en muchas congregaciones, no existe una respuesta adecuada porque las divisiones se suceden una tras otra como un mal endémico, sin embargo y gracias a Dios, existen respuestas bíblicas para dichos casos; es menester aplicarlas.
Primeramente debemos identificar al sensual o a los sensuales de cada congregación, esto requiere de un ejercicio de prueba que tiene que ser implementado regularmente por los miembros de cada congregación de manera inopinada, preferentemente por los maduros. 1 Juan 4:1 “.......Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son deDios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.......” Este versículo, como muchos otros, nos ofrecen la autorización de actuar en consecuencia con el cuidado y el celo propio y natural que debemos tener, cada uno de los cristianos, con el entorno de la Iglesia, por no decir, de todos los miembros.
La primera intención que debemos tener, con el sensual que causa división, es el restauralo como nos lo indica Gálatas 6:1 “.......Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.......” También, con más alcance, leemos en Mateo 18:15 “.......Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.  16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos(G) conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.......” Una de las razones por las que las congregaciones crecen es, sin lugar a dudas, cuando se mantiene la pureza de sus miembros a través de los conflictos y las diversas pruebas.
Para hacer este tipo de cosas y salir incólume, es necesario la santificación continua de la congregación, no ser timoratos cuando aparecen los conflictos sino que, más bien, hay que confrontarlos con valentía. En estos casos debemos tener en cuenta que no hemos recibido un espíritu de cobardía como se nos dice en 2 Timoteo 1:7 “.......Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.......” Qué excelencia la de Dios al poner a nuestro alcance tan eficaces herramientas para la defensa del Evangelio. Estemos siempre armados para presentar defensa de nuestra fe. Los amo.