Una exposición del mensaje de Dios ".......para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia......." a toda persona que desee ponerse, humildemente, a los pies de Dios para conocerlo, experimentar el perdón de sus pecados, convertirse en su hijo y gozar las bondades de su salvación esperando su retorno.

jueves, 4 de febrero de 2010

Valoramos la nueva creación


Gálatas 6:12 “…….Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo…….” Esto dijo Pablito a los cristianos de la Iglesia de Galacia y de entre ellos a los que provenían de la extracción judáica y de la de los gentiles. Sucedía que habían judíos, convertidos al cristianismo, que querían obligar a los gentiles, convertidos al cristianismo, a que se circuncidaran. Hay quienes piensan que, comprometiendo a los cristianos en cosas que no son propias de nosotros, agradarán a aquellos que demandan “consecuencia” con aquello que fueron antes de Cristo; craso error. Cualquier vestigio que pretenda hacer retroceder a los cristianos, al lugar del que salieron, es malo. En el primer siglo, los judíos que se convirtieron al cristianismo tenían una motivación para, virtualmente, obligar a los cristianos no judíos a circuncidarse y esta, increíblemente, no era en si misma su celo por la Ley Mosaica sino el miedo de sufrir persecución de parte de los judíos “verdaderos” (no cristianos) que veían en ella la iniciación al judaísmo de los gentiles hechos cristianos.
Los judíos “verdaderos”, al iniciar la persecución de los cristianos, encontraron una Iglesia de Cristo conformada por judíos y gentiles convertidos al cristianismo y los judíos cristianos, en quienes no había nacido la plenitud de Cristo (aun), vieron por conveniente empezar a judaizar, dentro del cristianismo, para que cuando fuesen asediados, perseguidos y acorralados por seguir a Cristo, pudieran sacar a relucir su “consecuencia” con el judaísmo al mostrar, “gloriosos”, que ellos habían circuncidado a cristianos gentiles; según es denunciado por el apóstol en el siguiente versículo: Gálatas 6:13 “…….Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne…….” Sin embargo, el tema principal del Capítulo 6 de Gálatas, es la nueva creación que se ha constituido en nosotros, con Cristo, pasando a ser, los otros temas, secundarios, pero no por ello menos importantes.
Los judíos, convertidos al cristianismo, no habían comprendido, aun, que dicha conversión había constituido en ellos una nueva creación, un nuevo hombre, un nuevo ser, un nuevo nacimiento y que estaba demás pretender judaizar dentro del cristianismo o pretender que otros hagan cosas que no son propias de nosotros los cristianos. Finalmente, el apóstol, entre otras cosas, en esta carta a los cristianos de Gálatas, les desea también a los judíos cristianos, paz y misericordia con la salvedad que sigan la regla de la nueva creación que conlleva en si misma todas las recomendaciones de este capítulo a saber: Restaurar con mansedumbre al sorprendido en una falta, sobrellevar la carga de los otros, cumplir la ley de Cristo, someter a prueba nuestra propia obra, llevar nuestra propia carga, participar a nuestros instructores de toda buena obra, hacer el bien y gloriarse en la cruz de Cristo.
Dice Pablito en Gálatas 6:16: “…….Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios…….” Este deseo es expresado, primeramente, a los judíos cristianos, aunque la carta haya sido dirigida a los Gálatas, de manera general, porque, después de decir: “…….sea a ellos…….” (refiriéndose a los cristianos judíos) luego agrega: “…….y al Israel de Dios…….” que vienen a ser el conjunto total de los judíos y gentiles convertidos al cristianismo, hasta nuestros días, y que sí experimentamos la nueva creación. La otra condición que aquí se destaca, es aquella en la que se hace la salvedad de destacar al Israel de Dios, en contraposición del Israel que, desde entonces, ya no es el Israel de Dios que antes fue; el mismo Israel que hoy pretende adueñarse del mundo torciéndole el cuello al propio Dios. Menos mal que ya existen judíos serios que están estudiando, por si mismos, todo lo relacionado con el Mesías en el Antiguo Testamento e inspirados por Dios también están estudiando el Nuevo Testamento.
Nunca debemos preocuparnos de ser agradables con nadie, por encima de lo que debemos serlo con nuestro Señor. Hacerlo compromete nuestra condición de cristianos y debemos luchar contra cualquiera que pretende que volvamos, aunque sea por un segundo, a tener el comportamiento de cuando éramos del diablo. Porque todos los que ahora somos de Dios, antes éramos de satanás; de manera que somos hábiles en reconocer sus artimañas y es por eso que no tenemos ninguna justificación para repetir aquellas cosas que nos hicieron infelices, aunque hayan sido y sean gustosas a nuestros sentidos. Por el Espíritu Santo de Dios, que nos asiste, nosotros sabemos, exactamente, cuál es nuestra debilidad y cuándo fue la última vez que defraudamos a Dios con ella. De las mejores formas que existen para combatir aquello que nos hace caer, es el fervor en la oración; el análisis sistemático de nuestros movimientos, previos a la caída, para detenerlos a tiempo y el establecimiento de una firme resolución y propósito de enmienda. De todas ellas (las formas), la mejor siempre será la de la oración, porque de esa manera se potencia y se hace más efectivo nuestro análisis y nuestra resolución.
Hemos sido constituidos como nueva creación en Cristo Jesús, de modo que ya no somos conocidos como antes lo fuimos, sino que ahora Cristo se revela en cada una de nuestras acciones, palabras y pensamientos, para que no seamos vistos como lo que fuimos sino que, los que nos rodean, vean en nosotros a Cristo resucitado y alaben a Dios por el cambio hecho en nosotros. Hay un refrán que dice que: “.......las buenas palabras convencen, pero el ejemplo arrastra.......” Nosotros somos de los que debemos ejemplificar en todo, es la mejor forma de predicar. Los recuerdos de las personas, normalmente, se centran en los beneficios que reciben de sus benefactores y si nosotros somos esos benefactores, estaremos testificando de Dios con nuestras buenas obras y, los recuerdos que podemos dejar en los demás, pueden ser buenos recuerdos imperecederos. Los quiero mucho. Que nuestro Dios, todopoderoso, los bendiga rica y abundantemente en el nombre precioso de nuestro señor Jesucristo, quien vive y reina en nuestros corazones hasta el fin.......
Dante Chalco Vargas